Degustemos un cacao
Por Edgar Aldana Rosillo
Asesor de comunicaciones
Lecciones del invierno
La ola invernal del segundo semestre de 2010 y el primero de 2011 deja enormes pérdidas a los diferentes sectores de la producción y sin techo a miles de familias colombianas, lo cual es un hecho que lamentamos y frente a quienes nos solidarizamos.
Sin embargo, de los grandes males también deben quedar lecciones para que hechos tan dolorosos como los que hemos visto no se vuelvan a repetir o por lo menos los efectos no sean tan devastadores como los actuales.
Entre los hechos que destacamos es que la naturaleza trata de recuperar lo que el hombre le arrebata. Una de las razones por las cuales se presentaron las inundaciones fue precisamente porque el ser humano en su afán por tener más tierra le fue quitando terreno a los espacios de agua que ahora se están recuperando.
Ligado a lo anterior está el tema de la infraestructura, visto desde varios puntos de vista; por un lado se encuentra el de la falta de dragas para tener bajo control las fuentes de agua y así evitar los desbordamientos que se han visto. Si los gobiernos que han pasado se hubieran preocupado por dragar los ríos y quebradas en su momento, muy seguramente la historia sería otra.
De igual manera la falta de un adecuado control a los jarillones para saber en qué estado se encontraban y cómo fueron construidos ocasionó que llegado el momento no aguantaran el impulso de las aguas y se rompieran, provocando las inundaciones; de allí otra lección a tener en cuenta.
Siguiendo con el tema de infraestructura está el de las vías que por culpa de las intensas lluvias colapsaron y dejaron incomunicados varios departamentos del país. En momentos en que Colombia habla de tratados de libre comercio y de poder exportar nuestros productos a esos nuevos mercados, hay que mirar cómo están las carreteras y las dificultades que tienen para poder llevar la mercancía a los puertos.
Este invierno permitió conocer el estado real de nuestra red de carreteras y ver que si no se hace algo con urgencia pero con soluciones de fondo, de nada van a servir los acuerdos comerciales porque con unos aguaceros fuertes, la producción se va a quedar en sus sitios de origen.
Aquí también es importante pensar en otros sistemas de transporte, diferente al de transporte terrestre, retomar temas como la navegabilidad para aprovechar los diferentes ríos que tiene el país, o el ferrocarril para recuperar las vías que existen y modernizar este medio que permitiría ahorros importantes y una mayor movilización de carga.
En este mismo escenario de infraestructura no podemos olvidar lo sucedido con varios puentes que también fueron arrasados por las corrientes, habría que pensar cómo se deben diseñar estas estructuras para que a futuro no sufran los rigores de las fuertes lluvias.
Adicionalmente está el tema del almacenamiento porque tampoco allí se cuenta con un adecuado sistema que permita sobrellevar temporadas prolongadas de fenómenos como el actual sin que se afecten la economía del país y en general el bolsillo de los colombianos.
Otro tópico a considerar es el sanitario ya que diferentes cultivos se ven afectados por la presencia de plagas y enfermedades que se incrementan y se favorecen con las lluvias, tal como sucede actualmente en el cacao con la Monilia.
Los productores deben ser más receptivos y seguir las recomendaciones de los técnicos para prepararse a eventos climáticos como el actual y así reducir las pérdidas y enfrentar de mejor manera las inclemencias del tiempo.
Estas son solo algunas lecciones que deja esta ola invernal, quizás hay más que usted conoce, lo importante es aprenderlas y ponerlas en práctica.